La gran ola de Kanagawa es la obra más famosa del pintor y grabador japonés Katsushika Hokusai, conocido popularmente como Hokusai. La pieza es la primera de una serie llamada Treinta y seis vistas del monte Fuji, publicada entre 1830 y 1833, durante el periodo Edo.

Hokusai se especializó en el estilo ukiyo-e, que se traduce como «pinturas del mundo flotante», el cual consistía en la realización de grabados a través de la xilografía o de estampa en madera.

La traducción exacta del nombre de la obra es Bajo una ola en la costa de Kanagawa. Del molde original, hecho por Hokusai, se crearon alrededor de cinco mil copias, hasta que las planchas de madera comenzaron a mostrar un desgaste significativo.

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La gran ola de Kanagawa
La gran ola de Kanagawa

Si bien el monte Fuji es uno de los elementos principales de La gran ola de Kanagawa, la furia del mar, que evoca los temidos tsunamis japoneses, así como la incertidumbre sobre el destino de las tres embarcaciones, son algunos de los detalles más notables. La firma de Hokusai se puede ver en la parte superior izquierda.

La gran ola de Kanagawa tiene dos inscripciones. La primera, dentro del rectángulo en la esquina superior, es el título de la serie: 冨嶽三十六景/神奈川冲/浪裏 Fugaku Sanjūrokkei / Kanagawa oki / nami ura, que se traduce como «Treinta y seis vistas del monte Fuji / en la costa de Kanagawa / bajo la ola». La segunda inscripción, a la izquierda, es la firma del artista: 北斎改爲一筆 Hokusai aratame Iitsu hitsu, (Del pincel de Hokusai, que ha cambiado su nombre a Iitsu).

Las cien vistas del monte Fuji

Katsushika Hokusai amplió sus trabajos sobre el monte Fuji, publicando Las cien vistas del monte Fuji, una serie que presentó cuando contaba con 74 años, que fueron publicados entre 1834 y 1841. Esta serie siguió a la exitosa Treinta y seis vistas del monte Fuji, publicada entre 1830 y 1833.

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El lugar que inspiró la pintura es la bahía de Sagami, en la prefectura de Kanagawa, y si bien la gran ola recuerda un tsunami, representa probablemente una monstruosa ola gigante, o vagabunda.

Kajikazawa en provincia de Kai (Hokusai)

La ondulación principal de La gran ola de Kanagawa posee un espiral perfecto que obsesionó a pintores impresionistas europeos como Monet, Degas y Renoir, y postimpresionistas como Van Gogh. Por ello, su influencia fue muy importante para el arte occidental.

Muchas de las impresiones iniciales se han perdido para siempre entre guerras, terremotos, incendios y otros desastres naturales. Sobreviven pocas en las que las líneas del estampado se muestran nítidas. Las impresiones posteriores varían en calidad y condición.

Bajo el puente de Mannen en Fukagawa (Hokusai)

El precio más alto pagado por un grabado original de La gran ola de Kanagawa fue un millón cien mil dólares, en septiembre de 2020. La litografía que posee el Museo Británico costó ciento treinta mil libras esterlinas en 2008, y sólo se expone durante seis meses cada cinco años para evitar su decoloración. Otros museos del mundo que cuenta con grabados originales, muchas veces provenientes de coleccionistas privados, son el Museo Metropolitano de Arte, el Instituto de Arte de Chicago, el Museo de Arte de Los Ángeles, el Museo de Arte e Historia de Bruselas, la Galería Nacional de Victoria en Melbourne y la casa de Claude Monet en Giverny, Francia.

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Hokusai, un innovador

La carrera de Katsushika Hokusai dio paso a una evolución del arte ukiyo-e, que pasó de ser un modo de retrato, enfocado en personajes de las cortes japonesas y actores, a un estilo más amplio que se centraba en paisajes, plantas e incluso animales.

El multifacético Hokusai incursionó en varios campos, además de los grabados en madera, como la pintura y la creación de diseños para ilustraciones de libros, incluyendo su propio Hokusai Manga, de carácter educativo, que consta de miles de imágenes de temas variados, que consta de quince volúmenes.

La gran ola de Kanagawa Hokusai
Hokusai a los 83 años.

Hokusai, quien empezó a dibujar desde niño, trabajó hasta el día de su muerte, a los 88 años. Su carrera tuvo altos y bajos, aunque nunca llegó a vivir holgadamente ni a ser un hombre adinerado, sufriendo más bien periodos de gran inestabilidad económica durante toda su vida. El artista produjo cerca de treinta mil obras, xilografías e ilustraciones para libros. Fue un innovador, un transformador y un ícono del arte mundial, por lo que su influencia sigue vigente hasta el día de hoy.

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Costa de la Bahía de Tago (Hokusai, 1803)

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