El desierto de Gobi es el más grande de Asia, extendiéndose por más de medio millón de millas cuadradas entre China y Mongolia. El fotógrafo húngaro Bence Bakonyi encontró la inspiración en este lugar casi por accidente cuando viajó a Asia en 2013.

“Cuando estaba en Shanghái vi una postal del desierto de Gobi en una oficina postal… las imágenes eran increíbles,” afirma.

Luego de ver esas fotos, Bakonyi decidió recorrer las más de 2 mil millas en tren hasta Dunhuáng, una ciudad de los tiempos de la Ruta de la Seda, que ha sido conquistada por mongoles, tibetanos y finalmente chinos, para capturar con su lente las vistas de ruinas antiguas y del desierto de Gobi. Allí descubrió las gigantescas dunas que determinan el paisaje y la cantidad de turistas que llegan al lugar para escalarlas.

Bakonyi tituló el trabajo “Cognition” (Cognición). Sobre el nombre explica: “Los protagonistas de las fotografías tomadas en  Dunhuáng son turistas. El paisaje era sólo algo extraño y fascinante para ellos como lo era para mí”.

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